jueves, 2 de enero de 2014

Pues bien, el destino esta escrito, la suerte echada, que mas.. pues ya que todo esta dicho y hecho, queda decir los siguiente: Ha terminado el tiempo en que se cuenta dosmiltrece, ahora contaremos dosmilcatorce, el absurdo del tiempo es el que nos ha perseguido desde tiempos incontables, ha torturado al hombre, a la naturaleza, a la respuesta de eso mismo, tiempo transcurrido sin forma, lento y arrogante como la mirada de un gato. Pero la razón más importante por la que creo que se cuenta es por que debilita, enferma, y sacude el corazón del hombre, lo hace perder, y el tiempo continua produciendo ese asco entre los humanos, y pasa entre ellos como el mas hábil de los ladrones. Me he propuesto no contar el tiempo, ignorar los relojes, vivir a mi tiempo, a destiempo tal vez, pero al ritmo de mis emociones, las emociones innatas que responden a cada encuentro, a cada rostro, cada palabra, ocultarme del tiempo, huir de él. Sueño un día con entender el misterio, la duda que es el tiempo. Personas ordinarias que ocupan todos los espacios, se disponen a proponerse objetivos, como si de verdad fuera nuevo todo, como si su corazón estuviera nuevo, como creer que han dejado atrás todo lo que molesta e inquieta en la vida; pero ello vive ahí, no envejece ni rejuvenece, sólo existe ahí, y comenzar de nuevo es mentir, caer en el sucio juego que es el tiempo, confiar en él porque una vez mas es enero.







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