viernes, 22 de enero de 2010

EL ExTRANJERO... (fin)

En cuanto salio,recupere la calma, me sentía agotado y me arroje sobre el camastro. creo que dormí por que me desperté con las estrellas sobre el rostro. Los ruidos del campo subían hasta mi. Olores a noche y a sal me refrescaban las sienes. La maravillosa paz de este verano adormecido penetra en mi como una marea. En ese momento y en el limite de la noche, aullaron las sirenas. Anunciaban partidas hacia un mundo que ahora me era para siempre indiferente. Por primera vez desde hacia mucho tiempo pensé en mamá. Me pareció que comprendía por que, al final de su vida,había tenido un novio, por que había jugado a comenzar otra vez. Allá, allá también, en torno de ese asilo en el que las vidas se extinguían, la noche era como una tregua melancólica. Tan cerca de la muerte, mamá debía sentirse allí liberada y pronta para revivir todo. Como si esa tremenda cólera me hubiese purgado del mal, vaciado de esperanza, delante de esa noche cargada de presagios y de estrellas, me abrían por primera vez a la tierna indiferencia del mundo. Al encontrarlo tan semejante a mi, tan fraternal,en fin,comprendía que había sido feliz y que lo era todavía. Para que todo sea consumado, para que me sienta menos solo, me quedaba esperar que el día de mi ejecución haya muchos espectadores y que me reciban con gritos de odio. FIN

martes, 12 de enero de 2010


"Me gustaba tanto el cielo de ayer, un cielo estrecho, negro de lluvia, que se apretaba contra los vidrios como un rostro ridículo y conmovedor. Este sol no es ridículo, al contrario. Sobre todas las cosas que me gustan, sobre la herrumbre del deposito, sobre las tablas podridas de la empalizada, cae una luz avara y razonable, semejante a la mirada que, después de una noche insomne, echamos a las deciciones tomadas con entusiasmo la víspera, a las paginas escritas sin tachaduras, de un tirón." LA NAUSEA, Jean Paul Sartre